LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA FAMILIA.
LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA FAMILIA.
Los profundos cambios sociales de nuestro tiempo afectan también de modo importante a la familia. Se está dando un cambio radical en el modelo de familia, y no faltan quienes hablan de crisis de la familia e incluso de la desintegración de la misma institución familiar.
- Hoy, la tendencia a considerar el matrimonio y la familia como un asunto puramente privado es inevitable.
- Se da el paso de la familia plurigeneracional a la familia “nuclear”, formada exclusivamente por los padres y los hijos. Los abuelos parecen no tener sitio en las familias modernas y frecuentemente cuando viven en ellas, “estorban”.
- Ha cambiado, en buena parte, el modo de entender y vivir las mutuas relaciones tanto en la misma pareja como entre padres e hijos. La promoción cultural y laboral de la mujer ha introducido un talante más igualitario en la relación entre los esposos y la distribución de las tareas del hogar. Por otra parte, la comunicación entre padres e hijos se desarrolla en un marco menos autoritario y más dialogante.
- Ya no se reconoce socialmente al matrimonio como único lugar propio para la generación de nuevas vidas humanas y, a la vez, el del valor y la estima del hijo como un don para la familia y también para la sociedad. Actualmente existe, con mayor o menor aceptación social, la procreación de la persona al margen del matrimonio o de la convivencia en pareja.
- Se está dando un fenómeno relativamente reciente entre nosotros. Podríamos definir como el de un crecimiento de la dependencia de los hijos respecto de los padres y de la familia a la que pertenecen.
- Por diversas razones socio-políticas y culturales y en general, el rol de la familia se ha reducido notablemente, cediendo el campo a factores externos y sociales que han irrumpido en el ámbito de lo que hasta ahora había venido siendo propio de la intimidad y la competencia de las familias.
- Hay una gran pérdida en el ámbito de la vida familiar de las referencias religiosas y de los valores éticos que de ellas se derivan. El debilitamiento de la fe y el fenómeno de la increencia hacen mella en las familias, con las consecuencias que se derivan para la transmisión de la fe en el ámbito de la propia familia.
Nos alegra:
- El testimonio de muchas familias que, sin muchos estruendos, hoy procuran vivir en un clima de amor y de colaboración, educando sana y cristianamente a sus hijos.
- La mayor estabilidad económica de la familia.
- La igualdad reinante entre los miembros de la familia.
- La incorporación de la mujer a la vida profesional.
- El creciente nivel cultural en las familias.
Nos duele y preocupa:
- El desconcierto y la desorientación de los padres en las actuales circunstancias.
- La incidencia de la sociedad de consumo en las familias, y el individualismo
Competitivo que les marca.
- Las familias rotas, divididas y debilitadas.
- La situación económica de muchas familias.
- Las enfermedades y las nuevas pobrezas familiares: soledad, depresión, etc.
- La promoción de determinadas concepciones que inciden negativamente en la
concepción del matrimonio y de la familia.
- La ausencia de la transmisión de la fe en la familia.